Un día una niña se quejaba amargamente a su padre acerca de lo difíciles que le resultaban las cosas.
No sabía cómo hacer para seguir adelante y creía que se daría por vencida. Estaba cansada de luchar. Parecía que cuando solucionaba un problema, aparecía otro.
Su padre la acompañó a la cocina. Una vez allí llenó tres ollas con agua y las colocó sobre fuego fuerte. Al poco rato, el agua de las tres ollas empezó a hervir. En una colocó zanahorias, en otra colocó huevos y en la última colocó granos de café, y dejó los cacharros al fuego un buen rato.
La hija miraba a su padre con impaciencia sin entender nada. Al poco rato el padre apagó el fuego. Sacó las zanahorias y las colocó en un plato. Luego sacó los huevos y los colocó en otro plato. Finalmente, coló el café y lo puso en un tercer recipiente, y mirando a su hija dijo:
- "Hija, ¿qué ves?"
- "Pues zanahorias, huevos y café" dijo ella.
Entonces el padre pidió a su hija que tocara las zanahorias. Ella lo hizo y notó que estaban blandas. Luego le invitó a que tomara un huevo y lo pelara para así observar el huevo duro. Finalmente le pidió que probara el café. Ella sonrió mientras disfrutaba de su rico aroma.
La hija preguntó:
- "¿Qué significa ésto, padre?"
El le explicó que los tres elementos se habían enfrentado la misma adversidad: Agua hirviendo, pero habían reaccionado en forma diferente: La zanahoria entró en el agua, fuerte, dura; pero después de un rato en el agua hirviendo se volvió débil, fácil de deshacer.
El huevo había llegado al agua frágil, su cáscara fina protegía su interior líquido; pero después de estar en agua hirviendo, su interior se había endurecido.
Los granos de café sin embargo eran únicos; después de estar en agua hirviendo, habían cambiado al agua.
- "¿Cuál eres tú?", le preguntó a su hija.
- "Cuando la adversidad llama a tu puerta, ¿cómo respondes? ¿Eres una zanahoria que parece fuerte pero que cuando la adversidad y el dolor te tocan, te vuelves débil y pierdes tu fortaleza? ¿Eres quizá un huevo, que comienza con un corazón maleable y un espíritu fluido, pero después de una muerte, una separación, o un despido se vuelve duro y rígido? Por fuera te ves igual, pero ¿eres amargado y áspero, con un espíritu y un corazón endurecido?
- "¿O eres como los granos de café? El café cambia al agua hirviente, el elemento que le causa dolor. Cuando el agua llega al punto de ebullición el café alcanza su mejor sabor. Si eres como el grano de café, cuando las cosas se ponen peor tú reaccionas mejor y haces que las cosas a tu alrededor mejoren."
Y tú, ¿cual de los tres eres?
Gracias a www.taringa.net
Me ha gustado mucho este relato es bastante didáctico para resolución de conflictos.
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