Después de una fase caracterizada por los recortes, el Ministerio de Educación pasa al ataque y se propone mejorar la calidad de la Enseñanza. El ministro, José Ignacio Wert, presenta hoy las líneas generales de su reforma educativa en el Consejo de Ministros.
A la espera de más detalles, Montserrat Gomendio, la secretaria de Estado de Educación, ya ha avanzado en qué va a consistir. Lo hizo el miércoles durante su comparecencia ante la comisión de Educación del Congreso de los Diputados.
El punto central es acabar con el fracaso escolar. Para ello los alumnos podrán adelantar el camino hacia la Formación Profesional (FP) ya desde tercero de la Educación Secundaria Obligatoria (ESO), a través de asignaturas optativas.
Pero, sobre todo, el actual cuarto de la ESO se convertirá en un curso de «iniciación» con solo dos vías, hacia FP o hacia el Bachillerato. Serán dos caminos bien diferenciados, pero que tendrán «pasarelas» que permitirán el cambio, si los alumnos consideran que se han equivocado en la primera elección.
A la espera de más detalles, Montserrat Gomendio, la secretaria de Estado de Educación, ya ha avanzado en qué va a consistir. Lo hizo el miércoles durante su comparecencia ante la comisión de Educación del Congreso de los Diputados.
El punto central es acabar con el fracaso escolar. Para ello los alumnos podrán adelantar el camino hacia la Formación Profesional (FP) ya desde tercero de la Educación Secundaria Obligatoria (ESO), a través de asignaturas optativas.
Pero, sobre todo, el actual cuarto de la ESO se convertirá en un curso de «iniciación» con solo dos vías, hacia FP o hacia el Bachillerato. Serán dos caminos bien diferenciados, pero que tendrán «pasarelas» que permitirán el cambio, si los alumnos consideran que se han equivocado en la primera elección.
Marcha atrás.
Gomendio sostuvo que actualmente, en cuarto de la ESO, hay una variedad de combinación de asignaturas que no coincide con ninguna senda hacia FP o hacia el Bachillerato. Pero también reconoció que la idea inicial del ministerio, de quitar un año a la ESO y añadir otro al Bachillerato, dejándolos en tres (ESO) y tres (Bachillerato) en lugar de cuatro y dos (como ahora), no solucionaba el problema. Supondría solo un cambio formal costoso sin horizonte de mejora educativa. Por ejemplo, obligaría a reestructurar centros, conciertos, a que los chicos empezaran el primero de Bachillerato (a los 16 años, edad hasta la que hay que estar escolarizado) y luego abandonaran los estudios sin ese título, etc.
El camino que se elige, pues, es otro. Con palabras de Gomendio, «flexibilizar» para «ayudar a disminuir el abandono y el fracaso escolar y favorecer la matriculación de más alumnos en FP de grado medio».
El portavoz socialista de Educación, Mario Bedera, ha reprochado a Montserrat Gomendio que vaya a poner en marcha el mismo cuarto de la ESO «orientador» hacia la Formación Profesional o el Bachillerato, que el anterior Ejecutivo socialista introdujo en la Ley de Economía Sostenible (LES). Esa ley la derogó el Gobierno de Rajoy. La respuesta de Gomendio a Bedera: «En la LES había una diversidad de opciones con una combinatoria enorme, casi 56 posibles, algo que no pueden ofertar los centros. Nosotros pretendemos algo más diferenciado: compactar y racionalizar la oferta para que los estudiantes se centren en las asignaturas instrumentales».
El camino que se elige, pues, es otro. Con palabras de Gomendio, «flexibilizar» para «ayudar a disminuir el abandono y el fracaso escolar y favorecer la matriculación de más alumnos en FP de grado medio».
El portavoz socialista de Educación, Mario Bedera, ha reprochado a Montserrat Gomendio que vaya a poner en marcha el mismo cuarto de la ESO «orientador» hacia la Formación Profesional o el Bachillerato, que el anterior Ejecutivo socialista introdujo en la Ley de Economía Sostenible (LES). Esa ley la derogó el Gobierno de Rajoy. La respuesta de Gomendio a Bedera: «En la LES había una diversidad de opciones con una combinatoria enorme, casi 56 posibles, algo que no pueden ofertar los centros. Nosotros pretendemos algo más diferenciado: compactar y racionalizar la oferta para que los estudiantes se centren en las asignaturas instrumentales».
Los ejes del cambio:
1. Éxito escolar. Ya en Primaria se detecta a los alumnos que se inclinan hacia el fracaso escolar. En la ESO, pues, hay que disponer de arsenal suficiente para que los estudiantes que no se sientan atraídos por lo académico tengan vías alternativas y atractivas de formación. De ahí que con la reforma en tercero de la ESO se ha de estar en condiciones de pisar la senda de una Formación Profesional prestigiosa.
2. Asignaturas clave. Frente al maremágnum de materias insustanciales, el ministerio pretende reforzar lo que se sabe que es importante: lenguas (propia y extranjeras) y ciencias. Eso quiere decir darle más horas a esas asignaturas. Yreducir «educaciones cívicas». En cualquier caso, no es solo una cuestión de cuánto, sino de cómo se dan esas horas, por ejemplo en la enseñanza del inglés.
3. Exámenes. España se lleva periódicamente sorpresas cuando los evaluadores internacionales de las pruebas PISA constatan los malos resultados de nuestros alumnos en comprensión lectora y en matemáticas. El ministerio, para evitar disgustos, quiere introducir pruebas a escala nacional al terminar Primaria, la ESO y el Bachillerato. Así se sabrá antes dónde está el alumno y dónde el colegio en que estudia.
4. Estatuto docente. ¿Se está capacitado para enseñar Matemáticas solo por el hecho de ser Licenciado en Ciencias Exactas? Ser un buen profesor es algo que no está al alcance de cualquiera. El ministerio pretende que solo los mejores, y solo los temperamentalmente capacitados, desempeñen este cometido.
5. Dirección. Para conseguir la excelencia, los colegios necesitan un buen equipo directivo y la capacidad de autogobernarse. Pero actualmente, casi nadie quiere ser director de un colegio público por lo que conlleva de mayor responsabilidad y nulo incentivo. La mayor autonomía de los centros es otra pieza de la reforma.
1. Éxito escolar. Ya en Primaria se detecta a los alumnos que se inclinan hacia el fracaso escolar. En la ESO, pues, hay que disponer de arsenal suficiente para que los estudiantes que no se sientan atraídos por lo académico tengan vías alternativas y atractivas de formación. De ahí que con la reforma en tercero de la ESO se ha de estar en condiciones de pisar la senda de una Formación Profesional prestigiosa.
2. Asignaturas clave. Frente al maremágnum de materias insustanciales, el ministerio pretende reforzar lo que se sabe que es importante: lenguas (propia y extranjeras) y ciencias. Eso quiere decir darle más horas a esas asignaturas. Yreducir «educaciones cívicas». En cualquier caso, no es solo una cuestión de cuánto, sino de cómo se dan esas horas, por ejemplo en la enseñanza del inglés.
3. Exámenes. España se lleva periódicamente sorpresas cuando los evaluadores internacionales de las pruebas PISA constatan los malos resultados de nuestros alumnos en comprensión lectora y en matemáticas. El ministerio, para evitar disgustos, quiere introducir pruebas a escala nacional al terminar Primaria, la ESO y el Bachillerato. Así se sabrá antes dónde está el alumno y dónde el colegio en que estudia.
4. Estatuto docente. ¿Se está capacitado para enseñar Matemáticas solo por el hecho de ser Licenciado en Ciencias Exactas? Ser un buen profesor es algo que no está al alcance de cualquiera. El ministerio pretende que solo los mejores, y solo los temperamentalmente capacitados, desempeñen este cometido.
5. Dirección. Para conseguir la excelencia, los colegios necesitan un buen equipo directivo y la capacidad de autogobernarse. Pero actualmente, casi nadie quiere ser director de un colegio público por lo que conlleva de mayor responsabilidad y nulo incentivo. La mayor autonomía de los centros es otra pieza de la reforma.
Fuente: ABC