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martes, 17 de septiembre de 2013

Los sentidos (I): El tacto



Si la belleza está en el ojo del espectador, el placer que produce una caricia está en el cerebro de quien la recibe más que en la mano de quien la realiza. 


El mismo toque puede provocar efectos contrarios dependiendo de nuestras expectativas y creencias, según queda demostrado en diversas investigaciones. 

Y, lo más sorprendente, esa sensación, placentera o no, se inicia en el cerebro cuatro segundos antes de que sintamos el roce en nuestra piel.


El tacto es el menos valorado de nuestros sentidos, a diferencia de la vista o el oído, y también el menos estudiado. Sin embargo, sería impensable la vida sin él. Es el primero en desarrollarse y probablemente el último en dejar de funcionar en las etapas finales de la vida.




 A diferencia de los otros cuatro, está ampliamente repartido por nuestro cuerpo. Entre seis y diez millones de sensores táctiles recogen la valiosa información que llega del exterior y del interior del organismo. Algunos están localizados en músculos, tendones y articulaciones y nos permiten mantener el equilibrio y caminar.

No obstante, la mayoría de estos sensores se encuentran en la piel, con mayor abundancia en las zonas erógenas y alrededor de la boca. La información que recogen del exterior desde los primeros momentos de nuestra vida es crucial para mantenernos a salvo. Y si falta la estimulación táctil, el desarrollo del cuerpo y del cerebro se resiente, como han demostrado los estudios con ratones.

Los tiernos lametones de la madre a los pequeños roedores aumentan la secreción de hormona del crecimiento y disminuyen la producción de la hormona del estrés, el cortisol. Un efecto que se extiende a nuestra especie con efecto terapéutico en los neonatos, que crecen a mayor ritmo y menos estresados cuando reciben frecuentes caricias que si éstas escasean. 




Y es que estas sensaciones táctiles viajan directamente al sistema límbico, una estructura cerebral encargada de gestionar las respuestas emocionales.


Además, el tacto es también el más íntimo de los sentidos. Un artículo publicado recientemente en “Proceedings of the National Academy of Sciences” (PNAS) profundiza en la manera en que el tacto se relaciona con la emoción. 

Y han descubierto que la sensación placentera o de rechazo que nos produce una caricia está presente desde las primeras etapas de su procesamiento en el cerebro. Y más aún, esta sensación, guiada por la vista, precede en 4 segundos al roce de la mano con nuestra piel.

La investigación ha sido diseñada por neurocientíficos del Instituto de Tecnología de California (Caltech) y demuestra por primera vez que, a diferencia de lo que se creía, “no hay una ruta separada para procesar el aspecto físico del tacto en la piel (aspereza, suavidad, intensidad) y para su interpretación, es decir, si lo sentimos como agradable, desagradable, deseado o repulsivo. Nuestro estudio demuestra que la emoción está presente desde las primeras etapas“, explica uno de los autores del estudio.


Un ingenioso experimento les llevó a esta conclusión: 

Con Resonancia Magnética Funcional midieron la activación del cerebro de varones heterosexuales, mientras eran acariciados en una pierna. “Aparentemente” las caricias provenían de dos personas diferentes que ellos veían en un vídeo. La primera imagen era de una atractiva mujer que se inclinaba hacia ellos en la pantalla. La segunda, de un hombre que los voluntarios definían como poco agraciado físicamente. Cuando notaban la caricia después de ver a la mujer en la pantalla, la experimentaron como placentera, mientras que les resultaba aversiva cuando seguía a la imagen del hombre.

Lo que los participantes en el estudio no sabían es que en realidad la mano que rozaba su pierna después de la proyección de ambas imágenes era siempre la misma, y correspondía a una mujer.

Gracias a este truco, los investigadores lograron separar las propiedades sensoriales de la caricia de su significado afectivo, es decir, de la percepción de la caricia, un proceso más complejo mediante el cual se añade significado a los impulsos nerviosos que provoca el roce de otra mano en nuestra piel. Así determinaron que aunque la caricia era siempre la misma, era percibida por los sujetos como aversiva cuando pensaban que la realizaba un hombre.




Intuitivamente creemos que cuando alguien nos acaricia sentimos primero la velocidad a la que la mano recorre la piel -mejor cuando más lenta-, la delicadeza, o la rugosidad, y después, en una segunda etapa, dependiendo de quién nos toque, valoramos la caricia”, 

Sin embargo, de esta investigación se deduce que es justamente al revés, y que la vista determina lo que sentimos. Aunque, como en este caso nos engañe. Nada en nuestro cerebro es totalmente objetivo, advierten los investigadores.




Fuente: Psicología Práctica. 

jueves, 25 de julio de 2013

Rumiaciones

Seguro que te ha pasado o te pasa que no puedes dejar de darle vueltas a algo en tu cabeza.

Puede que exista un problema en tu relación de pareja; o a lo mejor has cometido un error que no puedes perdonarte; tal vez has sufrido un trato despreciativo por parte de un compañero de trabajo o de algún amigo.

Sea cual sea el origen, aparece en tu mente sin llamar a la puerta y no dejas de darle vueltas sin ser capaz de llegar a ninguna solución.

Quieres dejar de pensar en ello, pero al mismo tiempo necesitas seguir volviendo al tema una y otra vez.

Te sientes mal, porque cada vez que estos pensamientos aparecen en tu mente traen consigo un aluvión de emociones desagradables.

Pues a todo esto los psicólogos le llaman rumiaciones.

Pero, ¿por qué te pasa esto? Lo que sucede es que no has podido procesar la experiencia, no le has dado sentido y no has podido integrarla en tu sistema.

Al igual que cuando comes necesitas digerir el alimento y convertirlo en algo que puedas integrar en ti, eliminando después lo innecesario, algo similar sucede con las experiencias que vives: debes “digerirlas” y asimilarlas para quedarte con lo que te sirve y librarte de lo que no te sirve.

Cuando no logras “digerir” una experiencia no es raro que se te indigeste y acabes con una especie de vómito mental. Es decir, las rumiaciones.

Pero tranquilo, que como casi todo en esta vida, las rumiaciones también tienen arreglo:

Para poder librarnos de este nocivo hábito debemos ser conscientes de que somos amos de nuestros pensamientos, lo que no significa que nuestros pensamientos sean siempre acertados. A veces, nos equivocamos.

Lo primero es ser observadores de nuestro propio cuerpo y preguntarnos: ¿es real este pensamiento? ¿me aporta algo productivo este pensamiento? ¿realmente darle vueltas me ayuda en algo?

Si no te ayudan en nada, mándalos a tomar viento fresco y deja de pensar en ellos. Puedes incluso decir en voz alta: ¡ALTO! o pensar en esa palabra y en el resto de pensamientos evadiéndose, haciéndose cada vez más pequeñitos y lejanos.

Dejando de tener valor. Dejando de atormentarte.

Gracias a http://motivacion.about.com


martes, 19 de febrero de 2013

Hipomaníacos-hiperempáticos



La hipomanía es un estado afectivo caracterizado por un ánimo persistentemente expansivo, hiperactivo y/o irritable, y también por pensamientos y comportamientos consecuentes a ese ánimo, lo que le distingue de un estado de ánimo normal.

Los individuos en estado hipomaníaco tienen menos necesidad de dormir y descansar, pueden ser hiperempáticos y  tienen una enorme cantidad de energía. Además a veces se presenta un considerable aumento de la creatividad y de la energía productiva.

La hipomanía puede ser un estado que resulte extraordinariamente agradable. Si es moderada, puede hacer que la persona incluso incremente su  capacidad de liderazgo. 

Específicamente, la hipomanía se distingue de la manía por la ausencia de síntomas psicóticos y por su menor grado de impacto en la funcionalidad o sea, que los individuos hipomaníacos son plenamente funcionales, e incluso son de hecho a menudo más productivos de lo normal.  

El problema es que la hipomanía nunca es estable, todo lo contrario, tiende a empeorar, pudiendo evolucionar hasta una fase maníaca, un episodio mixto o virar súbitamente hacia una fase depresiva.


Hipomania por raulespert


martes, 4 de diciembre de 2012

El Estudio Monster

De entre todas las ciencias, la psicología es una de las mas modernas. Pero como todas las ciencias en sus comienzos, muchos de los primeros experimentos acabaron yendo demasiado lejos, debido al ansia por aprender de los investigadores, que en el caso concreto de la psicología, se traduce en aprendizaje sobre los procesos del pensamiento y el comportamiento humano. No obstante, estos experimentos, que se podrían tildar de poco éticos en muchos casos, sirvieron a posteriori para sentar las bases de la psicología actual.

Uno de estos experimentos fue El estudio Monster, sobre la tartamudez, realizado sobre 22 niños huérfanos de Davenport, Iowa, en 1939. Fue llevado a cabo por Wendell Johnson de la Universidad de Iowa. Johnson eligió a una de sus estudiantes graduados, María Tudor, para llevar a cabo el experimento y él supervisó la investigación.

Después de separar a los niños en 2 grupos (de control y experimental), Tudor aplicó una terapia positiva en forma de elogios a la mitad de los niños, a los que les alababa su fluidez verbal. A la otra mitad de los niños les aplicó una terapia negativa consistente en menospreciar a los niños por toda imperfección verbal y afeándoles su tartamudez.Muchos de los niños que recibieron terapia negativa durante el experimento sufrieron efectos psicológicos negativos y algunos problemas del habla que duraron para toda la vida.

Este experimento fue apodado como “El Estudio Monster” por algunos de los compañeros de Johnson que estaban horrorizados por el hecho de experimentar con niños huérfanos para probar una teoría. La Universidad de Iowa se disculpó públicamente en el año 2001 por este estudio.



Gracias a www.recursosdeautoayuda.com




lunes, 3 de diciembre de 2012

Arteterapia

Todos nosotros hemos experimentado a lo largo de nuestra vida, momentos o circunstancias en la que nos ha sido imposible expresar nuestros problemas o sentimientos a través de las palabras. En esos momentos todos buscamos una forma de expresión que nos libere de las tensiones o de nuestras contradicciones internas y problemas.

De esta necesidad nace la arteterapia, que es un tipo de terapia artística o creativa, que consiste en el uso del proceso creativo con fines terapéuticos. Se basa en la idea de que los conflictos e inquietudes psicológicas pueden ser trabajados por el individuo mediante la producción artística. 

La arteterapia o terapia artística tiene un rango amplio de aplicación, en áreas como la rehabilitación, la educación y la salud mental

Además, la arterapia es una disciplina que se instrumenta con los distintos tipos de disciplinas artísticas (música, plástica, teatro, danza), según la situación terapéutica que se esté atravesando o las dificultades físicas y/o mentales.

Actualmente en arteterapia existen 2 corrientes principales: por un lado, los que utilizan la plástica como medio de elicitar un diálogo paciente-terapeuta, con el objetivo de elaborar posteriormente de manera verbal el contenido plástico creado. Por otro lado, están los que se centran en lo artístico, sin requerir la posterior elaboración verbal. Los primeros generalmente son psicólogos o psiquiatras especializados en arteterapia, y los segundos, actúan supervisados en su mayoría por psicólogos o psiquiatras, y su labor es planteada como complementaria a una labor psicoterapéutica.

Independientemente de la orientación escogida, la terapia artística se caracteriza por:
  • Relevancia del proceso de creación por sobre el producto artístico, ya que es en las limitaciones de este proceso en donde pueden trabajarse las dificultades para simbolizar la experiencia.
  • Importancia de la creatividad, bajo el supuesto que su desarrollo favorecería el surgimiento de soluciones creativas en otras áreas de la vida.
  • Énfasis en la creación espontánea, sin importar el grado de pericia plástica, con un objetivo más bien expresivo.
Gracias a wikipedia

miércoles, 28 de noviembre de 2012

Vidas atípicas (I). Bruce, Brian, Brenda y David Reimer

Aunque el título pueda indicar que estamos ante una historia familiar, no son tantos los protagonistas; sino, leed hasta el final esta apasionante historia.

Todo comienza en Canadá en 1965, cuando Janet y Ron Reimer van al hospital con sus hijos gemelos, Bruce y Brian de ocho meses con la intención de someterles a una circuncisión. La historia parece normal, sin embargo, un asistente tuvo que hacer el trabajo del cirujano que estaba enfermo, hizo un mal uso del cauterizador eléctrico y abrasó totalmente el pene de Bruce, haciendo que entrara en necrosis y más tarde cayera.

Debido al escaso desarrollo de la cirugía de reconstrucción genital, poco se podía hacer por el pequeño… sin embargo, un día los padres de Bruce se enteraron de la existencia de un médico en Baltimore que quizá podría echarles una mano. 

John Money (vaya apellido) fue un importante sexólogo y psicoendocrino que defendía la superioridad de la influencia ambiental respecto a la biológica y que la educación podía determinar la conducta de los sujetos. Nuesto Money vio su oportunidad en el caso Reimer, ya que dispondría de un sujeto control, Brian, sobre el cual observar las diferencias que aportaba la distinta educación dada, pues como ambos eran gemelos la dotación genética era concordante al 100% en los dos sujetos.

El doctor Money sugirió a los Reimer que la solución sería reconstruir una vagina artificial y una vez finalizada con éxito la operación, empezar la educación de Bruce como una niña, Brenda. Las premisas que debían cumplir los padres eran sencillas, simplemente tratar a Brenda como si fuera una auténtica niña y bajo ninguna circunstancia hablar del tema.

La familia empezó a hacer como si no hubiera pasado nada, pero algo raro pasaba con Brenda: Odiaba los juguetes de chica y se arrancaba los vestidos; los problemas no habían hecho más que comenzar. Cuando Brenda comenzó a crecer, los efectos hormonales a pesar de estar combatiéndolos con estrógenos, comenzaron a surgir… aportándole un aire musculoso y desgarbado, que poco tenía que ver con el cuerpo de las demás niñas, lo que añadido a la crueldad natural de las personas, nos pone fácil imaginar las humillaciones por las que pasó Brenda.

Habitualmente los dos hermanos tenían que acudir a terapia con el Doctor Money para comprobar su desarrollo. Sin embargo, parece que aquellas terapias tenían pocos efectos beneficiosos en los pequeños, ya que siempre salían de allí con estados psicológicos muy alterados, debido al parecer a las pruebas a las que se les sometían.

Brenda crecía, y su vida cada vez era más parecida a un infierno. Se negó a más operaciones y los intentos de suicidio estaban comenzando a ser peligrosos; poco a poco el doctor se fue alejando de la familia y fue entonces cuando el padre de Brenda decidió contarle toda la verdad.

Tras la confesión, Brenda cambió de sexo y pasó a llamarse David Reimer, siendo físicamente y ”oficialmente” lo que siempre había sido: un hombre. David acabó casándose, pero al poco tiempo su historia se hizo pública, perdió su trabajo y el matrimonio acabó separándose . Un tiempo después su hermano Brian se suicidó.

El estudio de Money fue alabado en la época pues suponía la demostración empírica de la determinación cultural en la sexualidad de los sujetos, ya se estaba demostrando que Brenda actuaba como una chica, porque la habían educado así y poco tenían los genes que decir al respecto.

Aunque en la realidad, David fue desgraciado durante toda su vida y muy poco le importaban todas estas polémicas científicas.

De esta desafortunada historia debemos sacar algo bueno, y es que "los determinismos no existen. No todo es tan sencillo como vestirnos de azul o de rosa, ni inyectarnos hormonas por un tubo para hacernos ser hombres o mujeres. La educación es fundamental para nuestro desarrollo. Pero también hay algo inherente en nosotros que nos hace ser lo que somos, y por tanto ni la genética ni el ambiente por si solos nos aportan una identidad. Somos el resultado de muchas combinaciones, y sobre todo, somos algo extremadamente complejo."

David se suicidó el 4 de mayo de 2004, a los 38 años de edad.

Alucinante ¿Verdad?
Gracias a nosolofreud.wordpress.com

martes, 27 de noviembre de 2012

Vamos a contar manías

A estas alturas, todo el mundo sabe lo que es una manía. Es mas, estoy segurísimo de que todos tenemos alguna, sea confesable o no (Esta es mi clasificación personal de las manías, poco ortodoxa como podéis comprobar).

Según el diccionario, la palabra manía viene del griego antiguo manía que significa ‘locura, demencia o estado de furor’ 
  • Es un trastorno mental consistente en una elevación anómala del estado anímico. Forma parte de los trastornos del ánimo, constituyendo una de las fases del llamado trastorno bipolar.
  • Antipatía o aversión que se experimenta contra una persona o una cosa y que impulsa a tratarla de forma negativa o injusta o a apartarse de ella.
  • También se denomina manía a la costumbre o comportamiento raro o preocupación injustificada o pasión grande o afición exagerada hacia una cosa

Pues precisamente a la última acepción quiero referirme. Hay tantas manías como personas,  y las hay que van desde la mas inocentes a las mas extravagantes, he aquí una muestra:
  • Hay quién mira detrás de la cortina de la bañera cuando se entra en el baño por si hay alguien encondido.
  • Hay otros que de noche no se miran en el espejo por si aparece alguna figura no deseada.
  • Cambiar frecuentemente los muebles de lugar.
  • Comprobar repetídamente que la puerta de la calle está bien cerrada al salir.
  • Levantarse apoyando primero el pié derecho en el suelo es un seguro para tener un día positivo.
  • Hay manías físicas: Rascarse, morderse las uñas...
  • etc, etc.

Y para terminar ahí van algunas de mis pequeñas manías (las grandes las dejamos para otro momento):
Si me encuentro por la calle alguna bolsa de pipas o similar vacía, tengo que pisarla para que explote, sea la hora que sea y haya quién haya delante. Otra, consiste en que si me encuentro en el suelo un par de zapatos puestos al revés tengo que ponerlos correctamente (zapato derecho en el lado derecho  y el izquierdo en el izquierdo).

Y tú, que también tienes manías: ¿Te atreves a contar alguna?