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jueves, 10 de octubre de 2013

Los sentidos (II): el olfato

Cuestión de porcentajes: hasta el 35% de lo que olemos lo recordamos frente al 5% de lo que vemos. Tiene por tanto, una papel primordial el sentido del olfato en nuestro funcionamiento neuronal. 

Oler para recordar:  las investigaciones en este terreno, apuntan a que ciertos olores pueden modificar las sensaciones que se generan en determinadas áreas de nuestro cerebro. Y tienen vinculación con nuestro comportamiento, nivel de concentración y raciocinio e inteligencia. 







El olfato perfecto:

  • No cerrar los ojos: los olores se perciben mejor con los ojos abiertos por la conexión que se produce entre los diferentes sentidos. 
  • Percibir el peligro: los animales son unos auténticos expertos en saber si se avecina un acontecimiento de riesgo; capacidad que también está presente en los humanos aunque con los años de evolución la hemos ido acallando parcialmente. Un estudio de la Universidad de Wisconsin asegura que cuando nos sentimos ansiosos es porque "olemos" algún peligro. 

Aromas que ayudan a recordar:
 
Hay muchos estudios científicos hechos  a cerca de los aromas y cómo nos ayudan a recordar. Algunas personas tienen un olfato especial al notar un olor y son capaces de rememorar situaciones vividas hace mucho tiempo sólo con percibir un olor determinado.
  • La menta mejora la concentración y la lucidez mental. 
  • La canela sirve para despejar la mente.
  • El romero o el pino, por su olor penetrante, favorecen la activación de determinadas áreas cerebrales relacionadas con el recuerdo. 
  • Rosas, el olor a rosas ayuda a guardar datos aprendidos. Nos da capacidad para recordar con más nitidez  lo aprendido.

 






Fuente: Las claves para rejuvener tu cerebro. (RBA).

miércoles, 31 de julio de 2013

Canciones pegadizas

Mientras veía anoche un programa de televisión que recordaba canciones del verano de hace ya algunos años, me preguntaba el hecho de por qué se nos quedan en la memoria.

Buscando algo de información encontré que existen estudios al respecto. Las principales características que comparten estas canciones son:  


  • Se repiten en nuestra cabeza insensantemente sin poder sacarlas...
  • Se nos instalan en la mente como un disco rayado. 


Según las investigaciones  de universidades como Western Washington University: 

"Al contrario de la suposición que asegura que sólo las canciones más odiosas se graban, nosotros hemos visto que son las canciones que la gente conoce y que a la gente le gustan las que más frecuentemente se vuelven invasivas". 

Se trata entonces de un mito y puede deberse a un sesgo de la memoria

"Es posible que las canciones invasivas negativas se recuerden más". 


Los científicos también han comprobado que cuanta más música se escuche, más posibilidades hay de quedarse 'enganchado' de una canción y que, a menudo, los estribillos repetidos en la mente siguen "pistas"determinadas. Por ejemplo, escuchar una palabra que forme parte de la letra de una canción, puede traer el tema a la mente y que el círculo de repeticiones empiece, señalan los estudios. 

Asimismo, si una persona continúa cantando mentalmente una canción que acaba de escuchar, las probabilidades de que esa melodía vuelva a su cabeza en las siguientes 24 horas aumentan significativamente.

Normalmente, tienden a aparecer en mayor medida cuando el cerebro está inmerso en tareas que exigen un esfuerzo cognitivo bajo. 

"Cuando las personas están realizando actividades automáticas, fáciles o poco interesantes, con frecuencia su mente divaga", y lo mismo pasa con la música.

Pero, del mismo modo, las canciones repetitivas también suelen aparecer en los momentos en los que la mente se enfrenta a un desafío. Es decir, son más comunes cuando el cerebro está concentrado intentando encontrar una vía novedosa para solucionar una dificultad cognitiva.

Este descubrimiento, subrayan las investigaciones puede ser relevante para encontrar nuevas formas de frenar los pensamientos rumiativos comunes en las personas con problemas de ansiedad.





Williamson, experta en memoria en el Goldsmith's College de Londres, descubrió que los científicos usan una cantidad de términos para describir el asunto: 

  • Síndrome de la canción pegada, música pegadiza y picazón cognitiva, o el más común "earworm" (garabato musical en América Latina o gusano musical en España). 



Pero a veces las canciones aparecen en nuestra mente incluso cuando no las hemos escuchado mucho. En este caso, Williamson nos cuenta un ejemplo significativo: 

 Cuando estaba en su oficina, se fijó en una vieja caja de zapatos.


"Es de una tienda llamada Faith", pensó. "Y sólo por leer la palabra 'Faith", mi memoria hizo como un juego de fichas de dominó y finalmente apareció la canción Faith de George Michael. Y se quedó en mi cabeza por el resto de la tarde".  
 Los gusanos musicales podrían ser parte de un fenómeno mayor, llamado "memoria involuntaria". 




¿Cómo los apagamos?

Los consejos derivan en pensar en otra canción y esperar a que ésa empuje a la primera.

Sacar de la mente una canción no deseada es un alivio. Pero, por supuesto, la canción que lo cure podría terminar siendo la siguiente que se nos pegue...


viernes, 25 de enero de 2013

La rutina perjudica a nuestra mente...

Hoy estuve cambiando cosas de mi casa, modificando cuadros de sitio, guardando algunos elementos de decoración y sacando otros...Pensé como a veces necesitamos cambiar o al menos hacer algo diferente. Todo está muy relacionado con lo que os cuento a continuación:  quería poner una entrada sobre la memoria, tema bastante apasionante y sobre el que existen multitud de estudios, cuando me encontré con el tema de la rutina y cómo  puede perjudicar a nuestra mente. La temática es bastante interesante como para que nos pongamos en marcha y dentro de lo que cabe siempre encontrar un hueco para que no nos absorba totalmente la señora rutina...

La misma, desde nuestra infancia es un elemento de seguridad, de saber sobre lo próximo que se hará. Sin embargo, que esté siempre presente y que casi todas las actividades diarias las realicemos siempre de la misma manera no nos conviene demasiado. 




Las consecuencias son:


  • Acomodarnos.
  • Acostumbrarnos a lo fácil, a lo ya sabido.
  • Se adormece la mente.
  • Se provoca un mayor envejecimiento.




Es cierto, que muchas de las cosas que hacemos durante el día están programadas y, en cierto modo, nuestra vida sigue una rutina que a veces resulta difícil de cambiar.




Pero debemos estar alerta y no dejar todo en manos de la rutina. De vez en cuando sorprender a nuestro cerebro

  • Suministrarle nueva información ya que cuando el cerebro aprende de la experiencia, ésta se convierte en una nueva rutina. 
  • Proporcionarle más estímulos para  que se conecten mejor entre sí las neuronas y funcione bien la memoria. 
Los expertos proponen soluciones al alcance de cualquiera, por ejemplo si solemos ir a un sitio andando pues cambiar el camino o comenzar cada día por una tarea de la casa diferente. 

En definitiva, desconectar el "piloto automático". 

Uno de los trucos que proponen las investigaciones, para que entendamos el alcance de nuestra mente: es el cepillarnos los dientes con la otra mano. Parece un acto absurdo, pero no lo es. El simple hecho de modificar la mano con la que cepillamos nuestros dientes supone un esfuerzo en ese momento para el cerebro. Y ese trabajo ayuda a activarlo, ya que normalmente se mantiene en "pausa" o "stand by" porque el cerebro lo ha convertido en una rutina demasiado mecánica.