miércoles, 8 de mayo de 2013

Discalculia


La discalculia, también llamada discapacidad para las matemáticas o numlexia, es un trastorno parecido a la dislexia sólo que en este caso el problema no es con la lectura sino con el hecho de entender los números, comprender las matemáticas, realizar operaciones aritméticas y otros problemas que afectan al funcionamiento cotidiano como leer un reloj o calcular el tiempo para llegar a una cita. 
La discalculia afecta a entre un 3 y un 6% de la población (una proporción parecida a quienes tienen dislexia) y los aquejados por este trastorno pueden tener cocientes de inteligencia (CI) de cualquier nivel: inferior, igual o superior a la media.

La discalculia ha sido mucho menos estudiada que la dislexia pero es lógico pensar que en los próximos años necesitaremos especialistas que ayudarán a los niños afectados a superar esta dificultad que les afecta gravemente en su desarrollo académico ya que las matemáticas son una parte troncal del currículum educativo. 


Un estudio realizado por el gobierno británico en el 2008 calculaba que la discalculia restaba varios puntos en la nota media de los estudiantes afectados en su acceso a la universidad.



El cuadro clínico de la discalculia es bastante variado. Algunos  síntomas son:
  • Dificultad para estimar con rapidez cuál de dos números es mayor.
  • Dificultades en los juegos de naipes para jugarlos con rapidez (para ver si el ocho de oros gana al cinco de oros tienen que contar cada figura)
  • Dificultades con las vueltas de la compra.
  • Dificultades con operaciones aritméticas sencillas.
  • Dificultad para realizar una planificación de ingresos y gastos, calcular aproximadamente el gasto en unas compras del supermercado o hacer el seguimiento del dinero en el banco.
  • Dificultades para calcular los intereses bancarios y la conveniencia de un préstamo o un crédito.
  • Dificultades para recordar números sencillos como PIN de las tarjetas bancarias o números de teléfono.
  • Dificultad para recordar y aplicar las tablas de multiplicar.
  • Imposibilidad para el cálculo mental.
  • Dificultad para conceptualizar el tiempo y juzgar el paso del tiempo. 
  • Dificultad para distinguir entre izquierda y derecha.
  • Dificultad para leer una partitura.
  • Dificultad para una cuenta atrás o para contar de diez en diez.
  • Pueden ser excelente es el ámbito de las letras, la discalculia es más frecuente, según algunos, entre los escritores y los periodistas.
  • Pueden tener una imaginación muy desarrollada en contraposición a su déficit en el cálculo.
  • Dificultad para el uso de mapas y peores resultados que la media en su comprensión y orientación si el mapa se rota.
  • Dificultad para comprender y recordar conceptos matemáticos, teoremas o fórmulas.
  • Dificultad para estimar una distancia, un tamaño, una altura.
  • Dificultad para concentrarse de una forma intensa.
  • Dificultad para recordar nombres.
  • Dificultad para llevar la puntuación durante un juego.
  • Errores de transcripción cuando se le dictan números (repeticiones, omisiones, traslocaciones).
  • Uso de los dedos para contar.
  • Dificultad para recordar caras.
  • Pueden ser sensibles en exceso a entradas sensoriales como ruidos, olores o luces.

El primer síntoma suele ser una dificultad para el cálculo perceptual o “subitizing”. Consiste en adivinar de un vistazo y sin contarlos cuantos objetos hay en un pequeño grupo. Es una habilidad innata, presente en los niños desde el nacimiento así como en otras especies de primates. Los niños muy pequeños calculan inmediatamente tres objetos y el número va aumentando con la edad. 

Podemos plantearnos  cómo se puede saber si un bebé distingue números o sabe contar. Para eso se aprovecha una cosa conocida y es que los bebés se fijan más en las cosas que les llaman la atención, dedican más tiempo a las novedades o a las cosas que no encajan. Un bebé que ve en una pantalla parejas de un muñeco y un muñeco, dos patitos y dos patitos, tres cajas y tres cajas se queda más tiempo mirando cuando en esa serie de experimentos hay tres y dos, cuando algo parece que no encaja. Con más edad, los niños pueden hablar y explicar lo que notan y en estas pruebas se ve que los niños con discalculia lo hacen peor y/o tardan más en establecer una estimación.


La discalculia es un problema exclusivamente humano. Los animales parece que no tienen el concepto de número y se manejarían con conceptos como “muchos”, “pocos” o “ninguno”. 


Las personas con discalculia tendrían dificultades para moverse, con sumas y restas, a lo largo de esa realidad unidimensional que son los números. Hay dos teorías diferentes: algunos piensan que los humanos nacemos con un “módulo numérico” en nuestro cerebro, es decir, somos capaces de manejarnos con los números de una forma innata mientras que otros piensan que tendríamos un “sentido numérico aproximado”, compartido con muchas otras especies y que nos llevaría a decidir entre dos árboles cuál está más cargado de fruta. Esta habilidad se iría afinando con el tiempo, identificando los números como términos de significado exacto,  mejorando su operatividad con la educación e iríamos avanzando en cada vez una mayor precisión. 

Hay varias posibles causas para la discalculia. Aunque parece evidente que tiene una base genética y que es parcialmente heredable, en algunos casos parece estar relacionado con la existencia de una lesión cerebral.Estas lesiones estarían frecuentemente localizadas en el giro angular izquierdo y en el surco supraparietal de la corteza cerebral. 





Fuente: Discalculiaforum

2 comentarios:

  1. Muchas veces les digo a mis hijas que dan mas trabajo que si fueran seis o siete. No se si será algún tipo de discalculia o es que en realidad son seis o siete. ¿Qué te parece?

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  2. Me parece que sí que tienes un poco discalculia jajajja

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