Es el último grito en aprendizaje. Normalmente lo conocemos por e-learning, el anglicismo de aprendizaje electrónico. Se denomina así a la educación a distancia a través de los canales electrónicos, en especial internet.
Para este tipo de aprendizaje se utilizan herramientas o aplicaciones como el correo electrónico, páginas webs, foros de discusión, mensajería instantánea, plataformas de formación, etc. Éstas son el soporte de los procesos de enseñanza-aprendizaje.
Si la educación a distancia es, desde sus orígenes, una opción para atender la formación de adultos, ésta modalidad tiene la ventaja de que permite elegir los propios horarios, y se puede acceder a la plataforma desde cualquier lugar con un ordenador y una conexión a internet.
El uso de las TICs aplicado a la enseñanza es la oportunidad perfecta para que aquellas personas que están trabajando, tienen dificultades para desplazarse o simplemente no disponen de tiempo libre suficiente, puedan dedicar esos pocos momentos a aprender nuevos conceptos, afianzar conocimientos y habilidades, aumentado así la autonomía y la motivación de los estudiantes.
VENTAJAS
- Inmersión práctica en un entorno web 2.0.
- Eliminación de barreras espaciales y temporales (desde su propia casa, en el trabajo, en un viaje a través de dispositivos móviles, etc.). Supone una gran ventaja para empresas distribuidas geográficamente.
- Prácticas en entornos de simulación virtual, difíciles de conseguir en formación presencial, sin una gran inversión.
- Gestión real del conocimiento: intercambio de ideas, opiniones, prácticas, experiencias. Enriquecimiento colectivo del proceso de aprendizaje sin límites geográficos.
- Actualización constante de los contenidos (deducción lógica del punto anterior).
- Reducción de costos (en la mayoría de los casos, a nivel metodológico y, siempre, en el aspecto logístico).
- Permite una mayor conciliación de la vida familiar y laboral.
- Disminución del tiempo necesario.
INCONVENIENTES
- Requiere más inversión de tiempo por parte del profesor.
- Precisa unas mínimas competencias tecnológicas por parte del profesor y de los estudiantes.
- Requiere que los estudiantes tengan habilidades para el aprendizaje autónomo.
- Puede disminuir la calidad de la formación si no se da una ratio adecuada profesor-alumno.
- Requiere más trabajo que la convencional.
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