martes, 9 de julio de 2013

S.O.S

A esta hora que está a punto de celebrarse el funeral por el eterno descanso de D. Luis, el antiguo párroco de Mairena, cuya muerte me ha afectado mucho pues le tenía gran aprecio a pesar de haberlo tratado poco, me asalta una tremenda angustia:

Y es que no alcanzo a comprender como una persona con una inteligencia y una preparación como la suya, puede llegar a tomar una decisión tan extrema como la de quitarse la vida, como parece que ha hecho, por muy complicadas que sean las circunstancias personales por las que esté atravesando.

Si además añadimos que esta persona era sacerdote, con todo lo que ello implica; toda una vida enseñando a los demás que precísamente ese, el que acaba de tomar, no es el camino, mi angustia se vuelve infinita.

¿O es que más allá de la pura enfermedad mental, mucho más allá de las circunstancias, y muchísimo mas allá de las creencias religiosas, hay que considerar el suicidio como una solución totalmente normal, lógica y racional?

D.E.P Don Luis.

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