lunes, 30 de septiembre de 2013

La Gota Malaya

Como sabes, existen dos tipos de tortura, ambas con el objetivo de conseguir de la víctima algo en concreto, aunque también hay a quién le va el rollo de torturar por el placer de torturar, pero son los menos.

Está la tortura física que consiste en producir al torturado tal dolor, que sea incapaz de oponer resistencia a hacer o decir lo que el otro le pida que haga o diga. Quién no ha visto en alguna película alguna descarga eléctrica, o algún corte tras otro...

Y está la tortura psicológica con la que se llega al mismo fin pero con otro tipo de métodos, esos que duelen en el coco: Desorientación, aislamiento, etc.

Uno de los tipos de tortura que siempre me ha llamado la atención es la "gota malaya" o "gota china" (solo oir el nombre ya pone los pelos de punta), que consiste en inmovilizar a la víctima horizontalmente y someterle a una gota de agua que va golpeándole lenta y cruelmente, una vez tras otra, siempre en el mismo sitio, hasta terminar taladrando física y mentalmente al torturado.

Yo siempre he pensado en esta "tortura para perseverantes" en un método psicológico eficacísimo para conseguir cualquier objetivo. Sólo basta una paciencia infinita por parte del torturador y que el torturado sea lo suficientemente débil para rendirse relativamente pronto.

Que alguien te debe algo: Te vas todos los días a la puerta de su casa a pedírselo; no de malos modos, pero eso sí: Todos los días. Al final seguro que te paga.

Que quieres librarte de una compañía molesta: Ponle mala cara y contéstale mal o hazle el vacío todos los días; al final se irá.

Hay cientos de casos en los que se puede aplicar esta tortura y en la mayoría de ellos el éxito del torturador es seguro. ¿O no te parece una gota malaya por ejemplo el pum-pum diario y continuo de los nacionalistas catalanes con el resto de España?

Y lo mejor de todo: No deja huella.

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