Podemos hablar de ocio educativo cuando realizamos actividades sin ánimo de lucro cuyo objetivo principalmente sea el desenvolvimiento personal y social.
A este objetivo, podemos añadir los siguientes puntos:
- Que las personas actuén con libertad y autonomía.
- Que se potencien las relaciones interpersonales.
- El desarrollo de valores y actitudes.
- El dotar de conocimientos y habilidades.
- El adquirir seguridad y un mayor disfrute y satisfacción en la vida.
Por eso es tan importante ver el tipo de ocio que desarrollamos. Para que no caiga en saco rato y se convierta en algo dirigido y manipulado siguiendo los patrones de producción y consumo.
En cambio, podemos descubrir en el ocio sus posibilidades educativas y humanizadoras.
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