La tierra y la flor
Extendía sus raíces una pequeña flor sobre la tierra. Era éste su espacio el lugar donde podría desarrollarse y llegar a florecer en todo su esplendor.
Flor y tierra sufrían juntas los avatares de cada día: sequedad, humedad, frío etc.. Cada una cuidaba de la otra. Ambas eran habitante y planeta, de este peculiar microcosmos.
Pasaron los años y la flor floreció en todo su esplendor, alguien arrancó una de sus ramas llevándose parte de las raíces.
Ahora en otro lugar nace un nuevo microcosmos, donde la tierra es el espacio para el nuevo habitante.
La moraleja, os la dejo a vosotros...
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