El padre estaba intentando leer el periódico, pero el hijo pequeño no cesaba de molestarlo. Ya cansado de aquello, arrancó una hoja, que mostraba el mapa del mundo, la cortó en varios pedazos y la entregó al hijo.
-Mira, ahí tienes algo para hacer. Acabo de darte el mapa del mundo y quiero ver si consigues montarlo exactamente como es.
Y volvió a leer su diario, sabiendo que aquello mantendría al niño ocupado por el resto del día. Quince minutos después, no obstante, el chico volvió con el mapa montado.
-¿Es que tu madre te estuvo enseñando geografía? – preguntó el padre, aturdido.
-Ni sé lo que es eso –respondió el niño- . Es que en el otro lado de la hoja había el retrato de un hombre. Y, una vez que conseguí reconstruir el hombre, también reconstruí el mundo.
Fuente: Paulo Coelho
Buena ensenanza.
ResponderEliminarAsí que cuando el papi rompió El mapa del mundo, inconscientemente también estaba rompiendo en pedazos al hombre.
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