jueves, 9 de mayo de 2013

Los buenos modales...




Estaba hace unos días en la consulta del dentista esperando que llegase mi turno. A mi lado había una mujer y su hijo. Este último llevaba una linterna  y no dejaba de jugar de un lado a otro, bajándose y subiéndose a los sillones de la sala de espera, en uno de los momentos incluso me llegó a dar un pisotón.


Semejante situación, como el llegar a un sitio, el decir buenas tardes y que nadie te responda. Me hacen preguntarme dónde quedaron los buenos modales, quién enseña los mismos y si ha pasado de moda el aprenderlos...


Los buenos modales, son mucho más que no poner mala cara a las comidas en la mesa y recordar decir siempre “por favor” y “gracias”. 

Es muy importante enseñar desde la infancia que, lo mismo en casa, en el aula o en el patio de juegos, se deben practicar el respeto y la cortesía con los demás.

Los expertos aseguran que los buenos modales no son algo con lo que se nace por lo que desde la infancia se  necesita que alguien enseñe esas normas de cortesía tan comunes como colocarse la servilleta sobre las rodillas o dirigirse a una persona adulta diciendo “Señor” o “Señora".

Los niños nunca son demasiado pequeños para enseñarles principios de etiqueta”, afirmaba Emily Post en su obra El gran libro de etiqueta, publicado por primera vez en 1922.


Si es tan importante decir “gracias”, entonces ¿por qué el arte de escribir notas de agradecimiento está en franca decadencia? 

Otro arte que languidece es la confirmación de asistencia a un evento.

La interrupción en una conversación es la conducta impropia que más pone a prueba los nervios, hay que enseñar la espera.  Aprender a no interrumpir es una lección acerca de cómo compartir y turnarse.

Antes de dar lecciones de cortesía debemos tener en cuenta tres reglas fundamentales:


  1. Los niños aprenden observando lo que hacen los adultos, por lo las lecciones de etiqueta deben complementarse con las acciones cotidianas. 
  2. El premiar  por hacer lo correcto en vez de reprochar todo el tiempo por lo mal hecho.
  3. La cortesía empieza por casa.


Los nuevos tiempos requieren nuevas normas: la 'netiqueta' proporciona el conjunto de reglas básicas para manejarse en los nuevos medios. Incluir el asunto de un correo electrónico y responderlo, aunque sea con una negativa, son sólo algunos ejemplos. Pero, eso ya lo veremos en otra ocasión...









Gracias por el ratito que dediquéis a leer esta entrada...

1 comentario:

  1. Es un placer comentar tu entrada querida Mariló. Yo no creo que sea cuestión de edades pues hay maleducados de pañal infantil y los hay de pañal para incontinencias.
    Es que nos hemos vuelto demasiado egocéntricos y tendemos a menospreciar a los que están a nuestro alrededor.
    Andando por las aceras puedes apreciar distintos comportamientos. Los hay que al cruzarse contigo te miran a la cara y te saludan con cortesía. Otros te miran esperando que seas tú quien le diga algo. Algunos bajan la mirada y otros parecen verdaderos zombis con la mirada perdida. A estos dos últimos les doy los buenos dias con mayor ahinco. Algo se les quedará (digo yo).

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