Cuantas veces habremos escuchado el sabio consejo:
"No dejes para mañana lo que puedas hacer hoy"
Pues si frecuentemente, o esporádicamente si acaso, haces justamente lo contrario, ten por cierto que practicas la procrastinación (lo de arte es opinión personal).
Por lo que podríamos definirla entonces como la acción o hábito de retrasar actividades que deben realizarse y sustituirlas por otras mas agradables y menos importantes.
Se trata de un trastorno del comportamiento que consiste en asociar la acción a realizar con el cambio, el dolor o la incomodidad (estrés). Éste puede ser psicológico (ansiedad o frustración), físico (ejercicio fuerte) o intelectual.
El término se aplica comúnmente al sentido de ansiedad generado ante una tarea pendiente de concluir. El acto que se pospone puede ser percibido como estresante, por lo cual se autojustifica posponerlo a un futuro sin fecha.
La procrastinación como síndrome que evade responsabilizarse posponiendo tareas a realizar puede llevar al individuo a refugiarse en actividades ajenas a su cometido.
La costumbre de posponer puede generar dependencia de diversos elementos externos, tales como navegar en Internet, leer libros, salir de compras, comer compulsivamente o dejarse absorber en exceso por la rutina laboral, entre otras, como pretexto para evadir alguna responsabilidad, acción o decisión.
El perfeccionismo extremo o el miedo al fracaso también son factores para posponer, como por ejemplo al no atender una llamada o una cita donde se espera llegar a una decisión.
Quien pospone o una decisión por no sentirse preparado -esperando que todo se resuelva por sí solo- suele aducir que lo hará después «... en cuanto tenga tiempo», con lo que está presentando, en el fondo, una conducta evasiva.
Características comunes de los procrastinadores:
Creencias irracionales: basadas en una pobre autoimagen y autoconcepto de sí mismos que les hace verse como inadecuados o incompetentes, o ven al mundo con demasiadas exigencias que no se ven capaces de cumplir.
Perfeccionismo y miedo al fracaso: postergar, y justificar un resultado final por falta de tiempo, sirve de excusa para evitar el miedo al fracaso, en tareas donde no hay garantías de éxito. Son personas perfeccionistas y autoexigentes, que se marcan metas poco realistas.
Ansiedad y catastrofismo: el cúmulo del trabajo supone un cúmulo correlativo del nivel de ansiedad. La dificultad para tomar decisiones y la búsqueda de garantías de éxito antes de iniciar una tarea provoca finalmente sentimientos catastrofistas, y como resultado se sienten saturados e indefensos. Pueden sentir autocompasión, escudándose en que no son aptas para las exigencias del mundo que les ha tocado vivir.
Rabia e impaciencia: las exigencias desmesuradas y el catastrofismo provocan también rabia e impaciencia. Pueden surgir ideas del tipo «yo debería ser capaz de realizar esto solo» «¡qué idiota que soy!» o «¡no puedo tolerar esta ansiedad!». Estas personas perfeccionistas, al no cumplir con las metas que se marcan, se muestran agresivas contra sí mismos. Terminan atrapadas en un círculo de enfado-rebelión que empeora su rendimiento.
Necesidad de sentirse querido: el deseo de realizar tareas en base a la recompensa en forma de amor o aceptación de los demás. La creencia que subyace es: «todos deberían amarme para poder amarme a mí mismo». Basa su valía como persona en la aceptación y atención recibida. Si se les recompensa con sus demandas implícitas se sienten fuertes psicológicamente y por el contrario se sienten inválidas cuando no obtienen lo que desean. Por ese motivo estas personas aceptan todo tipo de demandas de los demás con el fin de agradar.
Sentirse saturado: el trabajo se les acumula, y se ven incapaces de establecer prioridades; esto provoca sentimientos de ansiedad, saturación, estrés, angustia, indecisión, impotencia, inmovilización y fracaso, lo que cierra un círculo vicioso del que no pueden escapar.
Por último decir que existen tres tipos de procrastinación:
Por evasión, cuando se evita empezar una tarea por miedo al fracaso.
Por activación, cuando se posterga una tarea hasta que ya no hay más remedio que realizarla.
Por indecisión, típico de las personas indecisas que intentan realizar la tarea pero se pierden en pensar la mejor manera de hacerlo sin llegar a tomar una decisión.
Espero que no hayas procrastinado y hayas llegado hasta aquí en la lectura.
Gracias a wikipedia
No conocía este término, a mí me suele pasar que suelo retrasar lo desagradable jajaja.
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