jueves, 28 de junio de 2012

Una de aventuras

Estación de Santa Justa (Sevilla). Tren hasta Bobadilla (Málaga) y desde allí tren de cercanías  hasta el apeadero de El Chorro. Destino: El embalse del Guadalhorce y sus famosos chorros. En este tren pude oir una de las frases que se te quedan marcadas en la vida. Viajábamos en grupo en uno de los vagones con el ambiente propio de gente de nuestra edad, pues entonces rondábamos la veintena. En un momento, un señor que viajaba  delante de nosotros y que estaba harto de aguantarnos se levantó y dijo en voz alta: -¡Andalucía solo hay una,  y menos mal que solo hay una! y salió de compartimento.

Una vez en la estación de El Chorro, tienes dos opciones: La segura, que consiste en tomar un camino asfaltado  y dirigirse al camping que está situado a la orilla del embalse y que está a unos kilómetros a pie (aunque cuesta arriba), y la menos segura, que era la que nos gustaba a nosotros, y que consistía en desandar la vía del tren algunos kilómetros, (varios túneles incluidos) y llegar al Caminito del Rey pues pasando éste se llegaba al embalse. Hoy sigo preguntándome cómo pudimos hacer semejante locura durante varios años seguidos.

"El Caminito del Rey es un camino de tres kilómetros de longitud y menos de un metro de anchura colgado a más de 100 metros del fondo de un desfiladero con un siglo de antiguedad. El  lugar solo puede definirse como acojonante. Derruido, con el suelo lleno de agujeros y en largos tramos desaparecidos, sin la menor barandilla que proteja de un vacío que amenaza abducir a quien lo recorre, escurridizo, bajo la amenaza de caída de piedras y con una entrada en la que, literalmente hay que colgarse del vacío, el riesgo de este camino fascina al mundo. Atraídos por su vértigo, personas de todo el mundo se acercan a El Chorro, donde se enclava tan singular recorrido. Varios han caído al vacío, contribuyendo con su muerte a la leyenda del camino más peligroso del mundo". Pues por ahí pasábamos nosotros, mochila a las espaldas incluida.

Un poco de historia:

Las necesidades de mantenimiento de los saltos del Gaitanejo y del Chorro, obligaron a la Sociedad Hidroélectrica del Chorro a construir entre 1901 y 1905 un acceso entre ambos a través del desfiladero de los Gaitanes, cordillera Bética, Málaga. Cuatro años se tardó en abrir un camino a lo largo de los trece kilómetros de la garganta abierta por el río Guadalhorce, que muestra dos estrechamientos con una zona abierta entre ambos. Fue construido por presos y se cuenta que alguno terminó en el fondo de la garganta. El situado en el lado sur es el más espectacular de ambos.

Dos décadas más tarde, en 1921, se contruyó el pantano del Conde del Gualhorce. A la inauguración de esta, para la época, farónica obra acudió el mismísimo rey de España, Alfonso XIII. Impresionado por el camino, el monarca lo recorrió seguido por un séquito más que espantado. Desde entonces se conoce como el Caminito del Rey. Ausente el menor mantenimiento, el paso del tiempo fue deteriorando la pasarela, que ha perdido partes importantes de su estructura.

Hoy:

Un siglo después de su construcción, el Caminito del Rey carece de las protectoras barandillas que tuvo, el agua que sale a borbotones por las cañerías rotas moja y deja resbaladizos varios tramos de la pasarela y el suelo de hormigón presenta pavorosos boquetes, que dejan al aire desnudas vigas de hierro sobre las que hay que hacer equilibrios para pasar. Sobre esta ruina cada fin de semana se aventuran decenas de curiosos, excursionistas y escaladores. Unos acuden fascinados por el riesgo, para otros es paso obligado a las paredes donde practican su deporte favorito. El Chorro es una de las más importantes escuelas de escalada en roca de Europa.

En 1999 sucedió el primer accidente mortal, cuando un excursionista se precipitó al vacío. Desde entonces han muerto cuatro personas al caerse del camino al fondo del estrecho. Para evitar males mayores y en vez de repararlo, las autoridades derruyeron el acceso desde El Chorro y clausuraron el del lado Norte. Fue como matar moscas a cañonazos. De inmediato se abrió una vía ferrata (camino en una pared de roca realizado con clavos, agarres y piezas metálicas que permiten recorrerlo y asegurarse en ellos) que evitaba el tramo destruido, al tiempo que añade más dificultad al camino.

Los habitantes de El Chorro aseguran que nadie les preguntó si querían destruir algo que es suyo. También dicen aquí que la Unión Europea entregó fondos a las autoridades andaluzas para la restauración del camino, pero "se lo gastaron en carreteras, no entregaron un solo euro para el Caminito" , se lamentan, mientras que el deterioro diario lo vuelve cada vez más peligroso y, por ello, lo vuelve más atractivo a los candidatos a sufrir un accidente mortal. (De nuevo, aquella frase del señor del tren)





Sin tener una dificultad extrema, recorrer el Caminito del Rey es un ejercicio de riesgo que exige el empleo de material de escalada (arnés, cintas, mosquetones, casco...) y saber moverse por esta clase de terrenos. Paralela al camino y a través de túneles que horadan la montaña, discurre la línea de ferrocarril Córdoba-Málaga, por la que puede accederse al interior del desfiladero. En la actualidad está prohibido recorrer las vías bajo multa de 6.000 euros. Lo más aconsejable para quien quiera visitar el desfiladero de los Gaitanes es hacerse acompañar por guías profesionales de la zona.









Una opción para este verano: ¿Te apetece?










Fuentes:El Mundo y yo




1 comentario:

  1. Que interesante la historia, había oído algo sobre el lugar pero no conocía mucho. Debe ser impresionante para los aficionados a la escalada. Yo no hago escalada pero encanta observar las montañas cuando voy de viaje a algún sitio de montaña me encanta fotografiarlas.

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