"Mirad al público. Fíjaos en sus culos. Si, he dicho bien, sus culos. Ellos están sentados y si mueven demasiado sus culos, es que vosotros no estáis moviendo su corazón."
Juan Antonio Vallejo Najera
Hablar en público es una de las actividades que mayor rechazo y pánico suele generar en las personas. Quizá el hecho de que desde pequeños hayamos vivido en una cultura que en cierto modo ha castigado a cualquiera que sobresaliese y que ha criticado a quien se diferenciara del resto, ha generado un miedo en muchas personas a ser criticado cuando se expone públicamente.
Por otro lado existe una especie de presión cultural a tener que hacer las cosas de manera perfecta. Nos exigimos mucho a nosotros mismos, de modo que en cuanto estamos en un contexto en el que no podemos dar lo mejor de nosotros mismos, nos ponemos nerviosos. Y esto sucede a menudo con las exposiciones públicas. Esta exigencia puede conducir a la pasividad; como no podemos hacer algo perfecto pues entonces no lo hacemos.
La mejor manera de hacer cualquier cosa es haciéndola. Si tenemos que hacer una presentación en público, lo mejor es hacerla y si el resultado no es perfecto, pero los asistentes se enteran del mensaje que queríamos transmitir, pues no sólo habremos cumplido el objetivo de hacer la presentación, sino el de acabar con el miedo a hablar en público.
Cosas que hay que saber antes de hablar en público:
- Algo que en estos tiempos llenos de recetas para todo y en especial sobre cómo hay que ser y sobre lo que hay que decir, parece olvidarse a menudo: ser uno mismo.
- Di lo que vas a decir, dilo y resume lo que has dicho . Lo principal es que las personas tengan una idea clara todo el rato de lo que están escuchando. Además, la repetición refuerza el aprendizaje.
- Si consigues transmitir una idea y todos la han entendido y además muestran una actitud favorable hacia ella, se puede decir que la exposición ha sido todo un éxito. Olvídate de intentar transmitir muchas ideas.
- Emplea la mirada como herramienta para captar totalmente la atención del público. Prueba a no empezar a hablar hasta que todas y cada una de las personas del público se encuentren en silencio.
- ¿Equivocarse deliberadamente? En el caso de que te confundas, no pasa nada. Prueba a pedir disculpas y continua. El error te humaniza y si lo gestionas bien puede hasta servir como medio de acercamiento al público. La excesiva perfección vence pero no convence.
- El tiempo es diferente cuando uno escucha a cuando uno habla. Recuérdalo y trata de hablar despacio. Hablar deprisa da sensación de que lo que dice es poco importante.
- Emplea la empatía y estate atento continuamente a tu público. Observa si lo que dices suscita interés o aburrimiento y modifica tu discurso sobre la marcha en función de esto. Empatízar significa comprender el estado en el que se encuentra la otra persona y lo que quiere y necesita. Empatizar quiere decir sintonizar con el otro, comprenderle, entender qué le pasa, ser capaz de ponernos en su lugar y de vibrar en su misma longitud de onda.
- Emplea la empatía y estate atento continuamente a tu público. Observa si lo que dices suscita interés o aburrimiento y modifica tu discurso sobre la marcha en función de esto. Empatízar significa comprender el estado en el que se encuentra la otra persona y lo que quiere y necesita. Empatizar quiere decir sintonizar con el otro, comprenderle, entender qué le pasa, ser capaz de ponernos en su lugar y de vibrar en su misma longitud de onda.
- Hacer preguntas a los oyentes sobre el tema despierta la atención de éstos y les mantiene despiertos.
- En una época colonizada por lo audiovisual, hay que tener mucha energía y recursos para mantener la atención del público, así que tendrás que intentar emplear algunos de ellos para hacer atractiva tu intervención.
- El hecho de moverte de un lado a otro, hará que la gente tenga que seguirte para verte y esto mantendrá al público más activo.
- Emplea los silencios y los cambios en el tono de voz. Piérdele el miedo al silencio y descubrirás que puede ser incluso más comunicativo que la voz.
- ¿Cómo empezar? Si lo que te da miedo es el comienzo, puedes emplear un truco que consiste en memorizar las primeras frases de la intervención. De este modo, mientras las dices sin tenerlas que pensar mucho, vas cogiendo confianza y te familiarizarás con la nueva situación.
- ¿Has pensado en grabarte para comprobar cómo hablas? Presta especial atención a los siguientes elementos: el volumen de la voz, la entonación, la postura, la mirada y las coletillas que emplea. Suprímelas sin piedad. Si decir “ehhhhh” es humano, callar es divino.
- Existen básicamente tres maneras de afrontar una exposición oral en público:
- Con el texto preparado. Exhaustiva, pero densa y aburrida.
- Con el esquema. Es más fácil suscitar el interés. Requiere seguridad y conocimiento de la temática del orador.
- Sin ninguna nota. Requiere conocimiento absoluto. Cuidado porque puede acabar en una exposición desorganizada o que no transmita alguna de las ideas fundamentales.
Si empleamos palabras que pertenezcan a los tres campos, aquello que decimos llegará a más personas y de una manera más directa. Estaremos hablando en el lenguaje de cada persona.
- En una época colonizada por lo audiovisual, hay que tener mucha energía y recursos para mantener la atención del público, así que tendrás que intentar emplear algunos de ellos para hacer atractiva tu intervención.
- El hecho de moverte de un lado a otro, hará que la gente tenga que seguirte para verte y esto mantendrá al público más activo.
- Emplea los silencios y los cambios en el tono de voz. Piérdele el miedo al silencio y descubrirás que puede ser incluso más comunicativo que la voz.
- ¿Cómo empezar? Si lo que te da miedo es el comienzo, puedes emplear un truco que consiste en memorizar las primeras frases de la intervención. De este modo, mientras las dices sin tenerlas que pensar mucho, vas cogiendo confianza y te familiarizarás con la nueva situación.
- ¿Has pensado en grabarte para comprobar cómo hablas? Presta especial atención a los siguientes elementos: el volumen de la voz, la entonación, la postura, la mirada y las coletillas que emplea. Suprímelas sin piedad. Si decir “ehhhhh” es humano, callar es divino.
- Existen básicamente tres maneras de afrontar una exposición oral en público:
- Con el texto preparado. Exhaustiva, pero densa y aburrida.
- Con el esquema. Es más fácil suscitar el interés. Requiere seguridad y conocimiento de la temática del orador.
- Sin ninguna nota. Requiere conocimiento absoluto. Cuidado porque puede acabar en una exposición desorganizada o que no transmita alguna de las ideas fundamentales.
Si empleamos palabras que pertenezcan a los tres campos, aquello que decimos llegará a más personas y de una manera más directa. Estaremos hablando en el lenguaje de cada persona.
Entrada dedicada a Susana.
Fuente: Cómo gestionar la comunicación en organizaciones públicas y no lucrativas. Sergio Fernández. Editorial Narcea, 2007.
Gracias por la dedicatoria Vito. Realmente el "arte de hablar en público", "arte de presentar" y en definitiva, el "arte de narrar historias" es fundamental, no solo como docentes, sino también como personas.
ResponderEliminarPerderle el miedo a mostrar nuestra opinión, nuestros intereses, nuestros gustos, etc. es un paso más hacia aquello de sentirse bien con uno mismo.
Creo que deberíamos profundizar más en este tema ... ya veremmos cómo.
Buen tema, para tratar.
EliminarEl alumnado, es nuestra audiencia, y como si fuéramos artistas de televisión tenemos que presentarnos delante de ella. Sólo que en la tele ocurre todo a distancia..pero nosostros los docentes....
Y en la vida cotidiana, también debemos aprender a manejar las situaciones, a hablar siempre con los demás....con asertividad..como bien poniáis el otro día en el blog.